Me Achicaron la Calle

Es digno de estudio sociológico constatar cómo tener un automóvil genera en muchas personas un sentimiento de pertenencia y dominancia absoluta sobre las vías y las actividades de la ciudad por sobre el de otros usuarios. Esta situación, me ha llevado a responder, a veces, uno a uno, vía Twitter, utilizando el hashtag #MeAchicaronLaCalle (ver tweets para argumentos de detalle).

Para estas personas, todo se entiende, lee e interpreta desde el uso del auto: el ancho de las calles, la oferta de estacionamientos y su supuesto «derecho» a estacionar en todas partes, el acceso al comercio, servicio, a las casas y edificios, los condominios, los colegios e iglesias; hasta el Borde Costero, las orillas de lagos y ríos, parques y áreas naturales protegidas. Prácticamente, todo ha tenido que ser diseñado o adaptado para acceder en esta forma de transporte. Si bien por siglos las vías de las ciudades fueron utilizadas por peatones, caballos y carruajes, fue durante el inicio del Siglo XX donde se inició la producción en serie de los automóviles, marcando con ello, la supremacía de este producto en las vías, la que ha durado más de un siglo.

Tantas décadas dominadas por esta tendencia, también lograron que la planificación urbana y la ingeniería de transportes adoptara esta lógica. La idea basal ha sido considerar el aumento tendencial de esta demanda, proyectarla hacia el futuro y satisfacer sus necesidades con nuevas inversiones, lo cual ha llevado a la construcción creciente de más y más infraestructura vial, sistemas operacionales y costosos sistemas de transporte masivo. Y todo lo anterior, bajo una lógica de evaluación social que considera como principales beneficios, los ahorros de tiempo de viaje, el consumo de combustible y otros costos de operación, para los viajes en transporte motorizado. Entonces, resulta importante considerar que Dietrich Braes demostró en 1968, con un ejemplo simple, cómo al agregar más vías en una red de tráfico motorizado, puede llegar a empeorar el desempeño de todos los usuarios (Paradoja de Braes). El fenómeno tiene su base en una decisión egoísta, en donde cada conductor de vehículo decide su ruta en función de la que representa para él el mínimo tiempo de viaje, y por lo tanto, la suma de decisiones egoístas, se convierte finalmente en un «taco» para todos.

«Si todos estos idiotas hubiesen tomado el bus, yo ya estaría en casa»
Fuente: Tweet de @BrentToderian: https://twitter.com/BrentToderian/status/1371129150212218887

Sin embargo, hoy no cabe duda que ello se ha transformado en un problema grave, y no es de extrañar que ya existan ciudades que los quieren eliminar u otras racionalizar su uso. Abundan las fórmulas para atacar este problema. ¿Cuál de todas adoptar?. Esa decisión dependerá de la realidad de cada ciudad y el momento político, económico, social o ambiental en que ésta se encuentre. Lo que está claro, es que la avasalladora explosión que generó esta industria en el mundo ya se comenzó a revertir, principalmente por consideraciones ecológicas, ambientales, sociales y sanitarias.

La existencia de tanta gente que considera que la tenencia de un auto le otorga derechos adquiridos de facto sobre la ciudad, y en particular sobre el Espacio Público, hace que una buena parte de las acciones que urge implementar deben tener un importante soporte político. Es evidente que revertir este problema no es popular, y requiere que las autoridades públicas de los niveles nacionales, regionales y locales sostengan posturas sólidas, apoyadas en políticas públicas eficaces, marcos normativos robustos y una institucionalidad moderna para enfrentarlo.

Si bien los niveles nacionales y regionales juegan un rol importante en este proceso, la mayoría de los liderazgos a nivel mundial se han producido a nivel de ciudades. Las más avanzadas han apostado por disminuir el uso del automóvil por la vía de brindar el máximo de facilidades al transporte público, la bicicleta y la caminata, junto con evitar el uso excesivo del auto. Todo ello, bajo innovadores planes de inversión, rediseño de espacio públicos, integración de los sistemas de transporte urbano, entre otros; a los que les llamaría: «De Primera Generación«, porque actúan directamente sobre el mercado de oferta vial y los sistemas de tráfico y transporte existentes y que luego se mejoran.

Pero también están los que llamo «De Segunda Generación«, como lo son aquellas estrategias conocidas como Desarrollo Orientado al Transporte (DOT). Según lo informa ITDP México: «Esto quiere decir que se debe transitar hacia modelos y estrategias de desarrollo urbano en donde el caminar, el pedalear y el uso del transporte público sean los elementos alrededor de los cuales se genera el desarrollo de las ciudades. Se trata de un modelo de desarrollo urbano que ha comprobado su éxito en el mundo como lo ejemplifican los casos de Copenhague, Curitiba, Denver y Hong Kong.»

Según lo informa el portal de eficiencia energética y arquitectura OVACEN, el diseño DOT de ciudades responde a 8 principios:

  • Caminar: desarrollar barrios que promuevan la caminata.
  • Pedalear: priorizar las redes de transporte no motorizado.
  • Conectar: crear redes densas de calles.
  • Transporte: localizar el desarrollo cerca del transporte público de alta calidad.
  • Mezclar: planificar para usos de suelo mixtos.
  • Densificar: optimizar la densidad y la capacidad del transporte público.
  • Compactar: crear regiones compactas con viajes cortos.
  • Cambiar: aumentar la movilidad regulando el uso del estacionamiento y las calles.
Fuente: https://ovacen.com/que-es-una-ciudad-dot-desarrollo-urbano/

No obstante lo anterior, ya se han comenzado a implementar modelos que llamo de «Tercera Generación«, los cuales estarían representados por la estrategia denominada La Ciudad de 15 Minutos. Según informa BBC NEWS, su concepción proviene del urbanista francocolombiano Carlos Moreno, asesor de la alcaldesa de París Anne Hidalgo, quien, a su vez, es director científico y catedrático de Emprendimiento, Territorio e Innovación (ETI) de la Universidad Sorbona, de París.

Se trata de una idea muy revolucionaria, porque al condicionar el tiempo máximo de traslado de las personas, lo que se está haciendo es activar una batería de acciones para reestructurar todos los servicios que presta la ciudad para que la satisfacción de las necesidades de las personas ocurra en las cercanías de sus hogares, en cuyo contexto, los modos que toman la máxima relevancia son la caminata y la bicicleta, y en casos sobresalientes, una ciudad exitosa bajo este modelo, podría hasta prescindir de complejos sistemas de transporte público bajo la hermosa premisa que dice: ese tiempo que pierdes en un andén, lo podrías disfrutar en casa o en un espacio público. ¡De locos! – dirán muchos – ¡Muy factible! – dirán otros – sobre todo considerando las inmensas sumas de dinero que se invierten en sistemas de transporte público, vialidad y autopistas. Fondos que perfectamente se pueden redirigir para generar barrios, centros o sub-centros autónomos. En este caso, el foco deja de estar en la ingeniería de transporte, para pasar al área del diseño urbano, la planificación de los usos de suelo de las ciudades y sus espacios públicos.

Fuente: París y su plan para eliminar el coche, una ciudad de 15 minutos
https://tuul.tv/es/ecologia/paris-su-plan-eliminar-coche-una-ciudad-15-minutos

Personalmente, yo lo veo como el único camino que podría dilatar la Crisis Climática (ver columna que escribí al respecto) y también a sobrellevar la Pandemia del COVID-19 (ver columna que escribí por esa temática). Y por lo tanto, convertir todas las ciudades en Ciudades de 15 minutos pasa a ser una obligación moral, social, sanitaria y ecológica, donde el Bien Común debe primar por sobre el Bien Individual, y donde posiciones como #MeAchicaronLaCalle, deben ser totalmente desterradas.

¿Qué tendría que ocurrir en Chile para tener Ciudades de 15 Minutos?. Acá una lista de 8 propuestas, muy oportunas creo yo, justo en año de elecciones (2021) para que sean incluidas en programas de futuros alcaldes, constituyentes, Gobernadores Regionales y presidente.

(1) Ciudad de 15 Minutos en los GOREs: convertir el Departamento de Áreas Metropolitanas, que depende de la División de Planificación de los Gobiernos Regionales, en una unidad que promueva las Ciudades de 15 Minutos. Debemos evitar que dicho departamento opere con una visión de «Primera Generación» y lo haga como uno de «Tercera Generación» según se explica más arriba en la presente columna.

(2) Programa Movilidad Activa en GOREs: transferir desde los niveles centrales (MTT, MOP y MINVU) a los GORE las competencias para planificar, diseñar, construir y mantener Ciclofacilidades, Circuitos Peatonales y Espacios Públicos y alojar dicho programa en el Departamento de Áreas Metropolitanas. Dicho programa, debería coordinarse estrechamente con los municipios y redireccionar hacia él, abundantes recursos, tal como ahora lo ha hecho Canadá.

(3) Ley de Movilidad: implementar urgente en Chile esta normativa, en los términos que ya lo hizo el Distrito Federal de México y como lo propuso la Mesa Ciudades del Comité Científico COP25 de Chile.

(4) Plan 100KB/100KP: construir 100 kilómetros de ciclovías de Alto Estándar y lo mismo de Circuitos Peatonales en Chile cada año. Para las ciclovías usar los estándares MTT y MINVU, y para los circuitos peatonales la Metodología de Circuitos Peatonales de SECTRA.

(5) Plan 100.000EB: implementar 100.000 biciestacionamientos a lo largo de Chile que sean gratuitos, accesibles y seguros cada año con el fin de activar la demanda de usuarios que está dormida por no contar dónde estacionar la bicicleta.

(6) Carta del Caminar: impulsar para que todas las comunas del país firmen la carta propuesta por la fundación Walk21 para luego convertirla en ordenanza local, siguiendo el ejemplar camino emprendido por la Municipalidad de Rancagua.

(7) Observatorio de Movilidad Activa: ampliar el plan de monitoreo de flujos en ciclovías que hoy posee el MINVU, para convertirlo en un gestor de información de flujos, monitoreo de tipos de usuarios, estadística y gestión de indicadores asociados a ciclistas y peatones en todas las ciudades del país.

(8) Acuerdo de Movilidad a Energía Humana: apoyar la implementación total del acuerdo impulsado por la sociedad civil, la academia y entidades públicas.

Ciudades, Explosión Demográfica y Apocalipsis

La ciencia ha sido enfática, la humanidad entró en una terrorífica escalada sin retorno, representada por una Crisis Climática y Ecológica Global, cuya principal causa es la explosión demográfica (Informe de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Políticas sobre Biodiversidad y Ecosistemas – IPBES 2019) y el poder acelertante, que sobre ello tiene, las existencia y el crecimiento de las ciudades.

Según informes de las Naciones Unidas, el 55 % de las personas en el mundo vive en ciudades, mientras que el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales ha lanzado un documento que prevé que el 68 % de la población vivirá en zonas urbanas el año 2050. En América Latina y El Caribe mientras tanto, esa cifra alcanza un 81%. «La causa reside en que parte de la población mundial desplazará su lugar de residencia de las áreas rurales a las urbanas y, a esta predicción, se unen las perspectivas de crecimiento demográfico, según las que cerca de 2.500 millones de personas adicionales vivirán en las ciudades para esa fecha.«

«Algunas urbes han experimentado una disminución en el número de habitantes en los últimos años. La mayoría de ellas se encuentran en países con bajas tasas de fertilidad en Asia y Europa, pero la contracción económica, la inmigración y los desastres naturales también han provocado pérdidas de población. Esto ha ocurrido en las últimas dos décadas, por ejemplo, en ciudades del este de Europa, en países como Rumanía, Ucrania o la Federación Rusa. Sin embargo, se prevé que la tendencia se revierta de cara a 2030.«

«Las Mega Ciudades presentan núcleos de población de más de 10 millones de habitantes y actualmente hay 43 en el mundo. A la cabeza de ellas, se encuentra Tokio, la urbe más poblada con 37 millones de personas, y, detrás de ella, Nueva Delhi con 29 millones. En este sentido, se observan distintas dinámicas. En el caso de Tokio, se espera que la población empiece a disminuir a partir de 2020, mientras que Delhi continuará creciendo hasta convertirse en la ciudad más poblada en 2028. No obstante, las Mega Ciudades no dirigirán el crecimiento demográfico urbano, sino que serán las urbes con menos de un millón de habitantes, especialmente en Asia y África, las que liderarán la tendencia. Mientras que en las primeras reside una de cada ocho personas, las últimas acogen a cerca de la mitad de la población urbana mundial.«

Fuente

Pero todo indica que llegó la hora que el urbanismo debe dar un giro en 180 grados. Ya no podemos continuar en la senda homocéntrica, apostando por modelos de «desarrollo urbano fracasados» sólo centrado en las personas sin darle mayor preponderancia a los ecosistemas, los que han llevado a que la vida en el planeta penda de un hilo en menos de un siglo. Las ciudades hoy son nuestro gran problema. Generan más del 70% del CO2 que ha activado el Calentamiento Global y el Cambio Climático. Son también el epicentro del consumo, el cual demanda suelo y todo tipo de productos de la naturaleza, traspasando ese consumo a la tierra, los ríos, lagos, napas y océanos, para convertirlos en áreas productivas destinados a nuestra alimentación, vivienda, infraestructura, vestuario, tecnología, entre miles de otros productos. Dicho consumo desmedido ha sido la principal causa de la desaparición de una inconmensurable cantidad de especies. Según el Informe IPBES 2019, 1 de cada 4 especies en el planeta presenta riesgo de extinción, mientras que otro informe de 2020 realizado por la World Wild Fund y la Zoological Society of London (Living Planet Report 2020), reporta una pérdida del 68% de la población de mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles al año 2019.

Amenazas antrópicas para la biodiversidad y declinación de especies (Living Planet 2020)

Otro estudio realizado por la Universidad de Stanford, y dirigido por el profesor Paul Ehrlich, y publicado en la revista Proceedings of National Academy of Sciences, reveló que se estima que, producto de la actividad humana, durante el Siglo XX se extinguieron 543 especies de vertebrados, mientras que se espera que un número similar desaparezca durante los próximos 20 años, es decir, el daño histórico que hemos causado se está acelerando a tasas impactantes.

La pérdida de biodiversidad y la desaparición de especies, según la ciencia, ya activó un proceso de extinción masiva, cuya amenaza incluye a la especie humana. Una nota sobre el tema incluye la siguiente afirmación del profesor Ehrlich: «Cuando la humanidad extermina a las poblaciones y especies de otras criaturas, está cortando la extremidad en la que se asienta, destruyendo partes funcionales de su sistema de soporte vital». El profesor alertó de esta situación medio siglo atrás, cuando escribió el libro The Population Bomb. La obra puso el foco sobre la mayor amenaza de todos los tiempos, la sobrepoblación humana, y ya en esa época hacía un llamado, no solo a controlarla, sino a eliminarla.

Ceballos González, coautor con Ehrlich, también alertan respecto de la actual pandemia provocada por el SARS-cov2, problema que se habría generado producto de la manipulación humana de las concentraciones y hábitats de ciertos animales con el fin de generar centros de producción de alimento para la humanidad (Granjas de Animales), tema que está tratado en profundidad en otra de mis columnas, y el cual representa un aspecto que está 100% ligado a la existencia de ciudades y su voraz necesidad de alimentación de quienes las habitan.

De las 5 extinciones masivas que se sabe se produjeron en la Tierra anteriormente, todas fueron por causas naturales, la que ya hemos iniciado los humanos desde hace ya un siglo, sería la primera, en miles de millones de años, provocada por una especie en particular: el homo sapiens moderno. En ellas, la escalada final se activa cuando la pérdida de vida terrestre supera el 75% (hoy vamos en el 68%).

Fuente: Bits of Science: http://www.bitsofscience.org/climate-change-holocene-anthropocene-mass-extinction-7325/

Una nota de National Geographic, que analiza el Informe IPBES 2019 indica que: como mínimo hasta 2050, las tendencias negativas en la naturaleza continuarán a nivel general, salvo aquellos puntos concretos donde a nivel regional se han aplicado cambios transformadores, pero no suficientes a nivel global si las soluciones no son transversales. Por ello, los autores presentan una amplia gama de acciones para lograr la sostenibilidad en los diferentes sectores, destacando la importancia de adoptar enfoques de gestión integrada e intersectorial, logrando la evolución de los sistemas financieros y económicos globales para construir una economía global sostenible, alejándose del paradigma limitado actual del crecimiento económico”.

Las alertas están por todas partes, estamos ad portas de un mega apocalipsis ecológico y climático, y debemos actuar, como si el fin de la humanidad fuera mañana, aunque ya hay reportes que indican que podría ser en menos de 30 años. En una situación de estas características, todo lo tendencial ya no sirve. ¡Basta de más de lo mismo!. Urge la aparición de líderes audaces, comprometidos y desvinculados de los intereses que nos han llevado a esta hecatombe y que sean capaces de producir cambios rápidos y eficaces.

Recientemente, el 15 de agosto de 2020, la ONU, a través de las Convención de Biodiversidad, emite el Informe: Perspectiva Mundial sobre la Biodiversidad 3, el cual vuelve a indicarnos cómo hemos abandonado la senda de proteger la biodiversidad del planeta y generado todas las condiciones para una extinción masiva. Su contenido detalla los avances del acuerdo de 2002, fecha en la cual los líderes del mundo decidieron lograr para el año 2010 (declarado por la ONU como el Año Internacional de la Diversidad Biológica) una reducción significativa del ritmo de pérdida de la diversidad. No obstante, a la fecha, solo se ha conseguido concretar 7 de los 60 criterios de de éxito para la conservación y uso sustentable de la naturaleza – Metas de Aichi – acordadas en Japón el año 2010. Y se alerta que estamos muy cerca del punto de no retorno hacia la sexta extinción masiva.

Dicho documento incluye un mensaje del anterior Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien el año 2002 expresó: «Si no se corrige rápidamente este fracaso colectivo, sus consecuencias serán graves para todos. El funcionamiento de los ecosistemas de los que dependemos para obtener alimentos y agua dulce, para disfrutar de buena salud y de espacios de esparcimiento y para estar protegidos frente a catástrofes naturales está basado en la diversidad biológica. Su pérdida también nos afecta cultural y espiritualmente. Puede que eso sea más difícil de cuantificar, pero en cualquier caso es esencial para nuestro bienestar.»

En el mismo sentido anterior, Achim Steiner de la ONU hace un llamado a «salvar la
brecha entre la ciencia y los encargados de la formulación de políticas, quizá estableciendo un grupo intergubernamental sobre la diversidad biológica y
los servicios de los ecosistemas. La sensibilización ciudadana también será crucial: aclarar términos como «diversidad biológica» y «ecosistema» es un reto. El otro es establecer el vínculo entre la diversidad biológica y los medios de subsistencia y el importante papel de la diversidad biológica y los sistemas naturales en la superación de otros retos de la sostenibilidad, como el cambio climático, la escasez de agua y la agricultura.
«

Si miramos en perspectiva, la pandemia provocada por el COVID19 no es nada comparado con todos los efectos que provoca el Cambio Climático, y a la vez, el daño que está provocando el Cambio Climático no es nada comparado con la Crisis Ecológica ya desatada. En ese sentido, resulta curioso, ver como la humanidad pareciera no haber aprendido nada, al evidenciar que la inmensa mayoría quiere que la pandemia termine lo antes posible para volver a retomar sus vidas como antes, y ve a la vacuna como el gran mesías salvador. En el inter tanto, el daño planetario no se ha detenido, y pareciera que, la única herramienta de combate global – El Acuerdo de París – ha dejado de ser un tema preponderante, y sin embargo, para revertir la peor amenaza de todas, la Sexta Extinción Masiva – el Apocalipsis – a nivel global sólo tenemos acuerdos incumplidos.