Greta Thumberg: Según el Favor de Viento

Una de mis canciones favoritas se llama Según el Favor del Viento. La escribió Violeta Parra entre los años 1960-1963. Relata las miserias del chilote isleño, con melodía y ritmo de sirilla (danza antigua de Chiloé, de raíces de la seguidilla española). Hoy, al seguir de cerca la experiencia que debe estar viviendo Greta Thumberg, en su viaje a Nueva York desde Inglaterra para ser parte de la Cumbre Climática preparatoria de la COP25 que se realizará en diciembre de 2019 en la ciudad de Santiago de Chile, no dejo de encontrar muchísimas similitudes.

Greta 1

@GretaThumberg

La maravilla de esta composición es que nos narra las experiencias que muchos chilotes tuvieron que vivir en el mar. Experiencias extremas, pero totalmente reales y donde se fusionaban los sentimientos personales junto con las vivencias del entorno natural: el viento, la lluvia, la leña, el sol.

Según el favor del viento
va navegando el leñero,
atrás quedaron las rucas
para dentrar en el puerto,
corra Sur o corra Norte
la barquichuela gimiendo, llorando estoy,
según el favor del viento, me voy, me voy

Al igual que los navegantes chilotes, Greta, de seguro, debe estar experimentando un constante torbellino de sentimientos. Por un lado la impactante sensación de sentirse en medio del océano en una embarcación que la hace vivir todos los movimientos, el viento, las variaciones de temperatura, los sonidos, la humedad y el alucinante y cambiante paisaje. Y por otra, sus sentimientos personales, la ansiedad, la rabia y el dolor de saber que lidera una cruzada mundial para ayudar a salvar el planeta y garantizar un futuro vivible para su generación y las que vendrán. Cruzada en la que las instituciones y los acuerdos, gestionados por adultos han fallado y seguirán fallando. Y de seguro, en muchos momentos habrá gemido o llorado de impotencia. Ahí, justo frente al mar y las olas, embajadoras de la esencia misma de la pureza de la naturaleza y la ausencia total de la mano humana. Proeza muy bien descrita por Maximiliano Bello en su columna: Greta y la COP Azul y Pablo Negri en su extraordinario hilo de tweeter. Al igual que ella, miles de chilotes gimieron y lloraron como los evoca magistralmente Violeta en su canción. Ansiosos por llevar sustento al hogar y, lo más duro de todo, por saber si serían capaces de llegar al continente para luego retornar a la isla vivos.

Lo que jamás imaginó Violeta en la década de los 60, es que su recopilación folklórica iba a inmortalizar una actividad pura, sencilla, humilde, pero por sobre todo, cien por ciento ecológica. ¡La Lancha Chilota era Cero Emisión!.

Según informa el sitio Identidad y Futuro, se trataba de embarcaciones de madera y vela. Una fusión maravillosa entre árboles chilotes y el viento.

Por la geometría de su manto, se hacía necesario que cada madero que conformaba su casco fuera único. Para ello, la tradición chilota consideraba que había que encontrar en los montes árboles doblados por el viento, los cuales tuvieran la forma del madero necesario. Así, las vetas no tenían que ser intervenidas posteriormente por el hombre, forzando una curva determinada, sino que muy por el contrario, era la naturaleza la que trabajaba para el artesano. Y una vez que se encontraba la pieza perfecta, años de viento y ráfagas de la isla quedaban impregnadas en la estructura de la lancha.

Lancha Chilota 3

Imagen de www.lanchaschilotas.com

La lancha chilota a vela tradicional comienza a surcar las olas de las aguas de Chiloé hacia fines del siglo XIX, siendo utilizada desde el Seno de Reloncaví hasta el Golfo de Corcovado. Durante poco más de un siglo impulsa la colonización, el comercio transportando maderas y otras mercancías, junto con mantener una comunicación fluida entre Chiloé continental, las diversas islas y Angelmó. En esos años no existían caminos, el transporte terrestre era incipiente y el mar, la gran carretera que unía la región. Hoy están casi extintas al ser reemplazadas por las lanchas con motor. Sin embargo,  aún existen tres artesanos capaces de construirlas en Haulaihué, provincia de Palena, los que fueron declarados Patrimonio Humano Vivo el año 2014, en memoria de Don Carlos Vargas, quien fuera navegante y carpintero de lanchas chilotas, saber que actualmente se preserva a través de Don Jose Mautor y Don Artemio Soto.

Según informa el documental de VIMEO, las lanchas chilotas son embarcaciones únicas en el mundo. Son el resultado del sincretismo de dos saberes: el indígena y el europeo. El oficio se transmite a través de tradición familiar que refleja la identidad cultural de la Región de Los Lagos. Estos carpinteros son depositarios de un saber profundo sobre la naturaleza, la madera, su transformación y flotabilidad. Este conocimiento ha perdurado gracias a la transmisión oral y la observación y memorización de la métrica y técnica. Es gracias a este transporte que se llevaron maderas de alerce hacia el archipiélago de Chiloé, las que hoy recubren sus iglesias y antiguas casonas.

Lancha Chilota 2

Del norte viene el pellín
que colorea en cubierta,
habrán de venderlo en Castro
aunque la lluvia esté abierta,
o queme el sol de lo alto
como un infierno sin puerta, llorando estoy,
o la mar está revuelta, me voy, me voy.

Como las razones de los viajes de los chilotes era el comercio, uno de los productos que trasladaban era el Pellín – o más bien el Roble Pellín (Nothofagus obliqua) que crece en los bosques templados de Chile y Argentina alcanzando hasta 50 metros de altura y 2 metros de diámetro. Se trata de madera noble que venía del norte.

En le caso de Greta, ha tenido que vivir una experiencia fascinante junto a la tripulación del MaliziaII, desde su zarpe en Plymouth en Reino Unido para comenzar su trayectoria hacia la ciudad de Nueva York. En su caso, su carga no es física, sino psicológica. Esta niña de 16 años no lleva la madera más dura y resistente, sino una carga gigantesca y de un peso inconmensurable: cooperar para lograr detener la emergencia climática y ecológica en la que se encuentra la Tierra producto del daño causado por la actividad humana, ante la cual, y según lo ha informado el IPCC, sólo quedan 18 meses para tomar las desiciones más estructurales. Y al igual que como lo describe Violeta en su canción, esta acción debe realizarse de manera simple y lo más eficaz posible.

En un rincón de la barca
está hirviendo la tetera,
a un lado pelando papas
las manos de alguna isleña,
será la madre del indio,
la hermana o la compañera, llorando estoy,
navegan lunas enteras, me voy, me voy.

El chilote navegante no viajaba solo. Generalmente con al menos una compañera. Mujer acostumbrada al zangoloteo de la nave, el viento, el frío y la lluvia. En dicha condición, la mujer encontraba la forma de hacer fuego para preparar comida caliente y alimentar a su capitán. Muchos de esos viajes tomaban varios días, o lunas enteras, como lo plasmó Violeta en la tercera estrofa de su canción.

Esa escuálida disponibilidad de espacio para viajar y trabajar a lo largo del viaje junto a la tripulación, ha significado un enorme desafío también para Greta. Tal como lo reporta Pablo Negri en su tweet: ¿Y la «comodidad» para @GretaThunberg en el #MaliziaII, velero monocasco de 60″ eslora, clase IMOCA 60, en el que navega x 2 semanas vía Atlántico, de Plymouth, UK con derrota a NYC, USA, recalada? ¡Duerme en la «cucheta» que ven! [Fotografía: H. Cova/Team Malizia ©]

Greta Thumberg 1

De negro van los chilotes
más que por fuera, por dentro,
con su plato de esperanza
y su frazada de cielo,
pidiéndole a la montaña
su pan amargo centeno, llorando estoy,
según el favor del viento, me voy, me voy.

El negro interior de los chilotes simboliza el dolor profundo. Y Violeta lo aplica justo en la dimensión exacta, del mismo modo, destaca que la comida diaria es la esperanza. Por lo tanto, desde este punto de vista, el mensaje para Greta es claro, hasta el dolor más grande alberga siempre esa anhelada esperanza. Y qué más bella que una esperanza con el cielo como frazada.

Violeta como recopiladora logró que este patrimonio no se perdiera. Claro, es verdad que las Lanchas Chilotas a Viento ya casi no se fabrican. Pero ella apostó por la Memoria Auditiva o Memoria Ecoica, la cual se ejercita y se esparce a través de los sonidos y particularmente a través de la música. Hoy se sabe que esta memoria es muy resistente (como el Pellín) y puede superar hasta las lesiones cerebrales. Si por alguna razón, y de repente, todo lo físico y digital se destruyera, y sólo quedaran unas pocas personas vivas en la Tierra, bastaría que una de ellas cantara Según el Favor del Viento, para que dicha epopeya volviera a la realidad.

Si Violeta Parra viviera hoy, esperaría la llegada de Greta en Valparaíso cantando esta canción, guitarra en mano, y parada en la punta del Muelle Barón. Ese encuentro sería celestial. La invitaría a conocer la magia de Chiloé. Y harían la dupla más potente del mundo. Dos mujeres extraordinarias, capaces de hacer visible lo invisible, y convertir lo simple en trascendente. Seguramente, ambas harían renacer las Lanchas Chilotas a Vela, Cero Emisión, en todo el archipiélago de Chiloé, demostrando que la movilidad limpia, respetuosa con el medio ambiente y a escala humana es posible. Sí, posible!. Sólo basta fluir, Según el Favor del Viento.

Violeta 1

www.aldianews.com

Publicado por

hernanchile

Climate Reality Leadership Corps Member|ingeniero|exp planif #movilidad #bicicleta #caminata|Grte en @ConsultoraUYT|cantante semiprof|Miembro @RedCiudadFutura

2 comentarios en «Greta Thumberg: Según el Favor de Viento»

  1. Querido Hernán, me emocionó la relación del viaje de Greta con el tema de Violeta, muy bonita analogía que permite mirar con más admiración el temple y la fuerza de Greta, una joven que refleja un liderazgo de la nueva era….distintos, femeninos, vulnerables, emocionantes y de profundas convicciones porque de otra manera no se puede. Gracias por tu certera reflexión Hernán

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